Hace relativamente poco, la mayor parte de la riqueza económica en el mundo estaba constituida por cosas tangibles. Hierro. Petróleo. Oro.

Tan recientemente como la película El Graduado, el plástico fue el futuro. Hoy en día, resulta más difícil definir en qué, específicamente, reside la riqueza del mundo, ¿verdad? ¿Atrapar Pókemon se considera riqueza? ¿Y las vistas de Tik-Tok?

Nuestra riqueza es nuestra gente

El economista Gary Becker, ganador del premio Nobel, tomó un gran interés en la creciente capacidad del ser humano para generar el valor, incluso de la nada. Estimó que el valor del capital humano de los Estados Unidos al menos triplica al de sus activos fijos tangibles. Es decir, la riqueza del mundo no reside en cosas, sino en el conocimiento, talento y habilidades de la gente.

Este cambio relativamente reciente se puede cuantificar en el mercado utilizando el índice S&P 500, una medida del valor de mercado de 500 grandes empresas. A mediados de los años setenta, más del 80 por ciento del valor de mercado del S&P 500 podía ser atribuido a activos tangibles. Para el 2005, esta relación se había invertido: el 80 por ciento del valor era intangible, y la tendencia continuó. En 2020, los activos intangibles representaban el 90% del valor del S&P 500.

La creación de valor intangible a menudo se llama “labor del conocimiento”. Mientras ocurría este cambio a la labor del conocimiento, el mercado laboral respondió con fuerza. El cambio está ocurriendo en todas partes.

En los Estados Unidos, la riqueza se está volviendo más concentrada

Hoy en día, la mayor parte de la elevación en la construcción y el transporte marítimo se realiza con carretillas elevadoras y grúas, que sólo necesitan un operario cualificado. Las tareas que pueden automatizarse se están automatizando progresivamente, lo que está cambiando el mercado laboral. En el pasado, los trabajos vulnerables a la subcontratación se asociaban sobre todo a la fabricación, la economía de las "cosas". Pero Internet ha hecho que el trabajo del conocimiento sea también portátil. Frente a esta competencia, los trabajos que pueden pagar un salario de clase media exigen cada vez más un alto nivel de habilidad y adaptabilidad intelectual, que el mercado laboral ha interpretado en gran medida como un producto de la educación universitaria.

Es probable que esta competencia haya contribuido a la larga tendencia hacia la concentración de riqueza. El economista Thomas Piketty, quien ha llamado una atención particular a esta tendencia, recopiló datos a largo plazo sobre la desigualdad de ingresos en los Estados Unidos. Demuestra que, desde la década de 1980, las ganancias van concentrándose en el 1 por ciento de los hogares más ricos. Mientras tanto, la participación del 50 por ciento de los hogares más pobres va erosionándose.

Según las investigaciones de McKinsey, una empresa de consultaría, se estima que la brecha racial de riqueza en los Estados Unidos reduce la economía en miles de millones de dólares por año. La creciente concentración de la riqueza que se nota en la economía estadounidense es menos evidente en otras economías. (Consulte capitolo 1 del Informe sobre la desigualdad global para ver una comparación con Europa Occidental.)

El mundo es plano: la labor del conocimiento también es portátil

Con más frecuencia, al graduarse de la secundaria, los jóvenes requieren de los mismos conocimientos y habilidades para emprender una carrera que para acudir a la universidad. En este mundo cada vez más plano, un número creciente de personas están adquiriendo la preparación escolar necesaria para competir por empleos bien remunerados en un mercado global.

Solo alrededor de un tercio de los residentes de California mayores de 25 años han obtenido una licenciatura o un título superior.

La universidad en Estados Unidos es cara, tanto en términos de costes directos como de tiempo. A los analistas les preocupa que Estados Unidos no esté produciendo suficientes graduados universitarios para mantener el ritmo. Sólo un tercio de los residentes de California mayores de 25 años ha obtenido una licenciatura o más. A medida que Estados Unidos se ha convertido en una economía del conocimiento, el potencial de ingresos de los trabajadores con formación se ha disparado, mientras que el de los trabajadores con menos formación se ha estancado.

La siguiente lección examina el costo espantoso del fracaso en la educación de los estudiantes.

Actualizada en septiembre de 2018
Actualizada en diciembre de 2020. Actualizada en agosto de 2022.